Eduardo Martínez ¿Por qué las metodologías ágiles como Scrum trabajan por fases? Como todos sabemos, el sprint en una carrera representa el esfuerzo final que realiza el corredor con la intención de ganar la carrera. Trasladado a las metodologías ágiles, el sprint es el periodo en el que se realizan todas las acciones pactadas con anterioridad con el objetivo de realizar entregas parciales pero funcionales del producto final. ¿Quieres saber más sobre los sprints de Scrum? ¡Sigue leyendo!
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¿Qué es un sprint de Scrum?
Los sprints son la razón de ser del Scrum, donde las ideas se convierten en valor. Se trata de eventos de duración fija, de un mes o menos, para crear una metodología ágil y consistente. Cuando un sprint finaliza inmediatamente empieza otro.
Todo el trabajo necesario para conseguir el objetivo del proyecto se lleva a cabo dentro de sprints. Esto incluye:
- Planificación del sprint
- Scrums diarios
- Revisión de sprint
- Retrospectiva de sprint
Los sprints de Scrum permiten la previsibilidad al garantizar la inspección y la adaptación del progreso hacia un objetivo del producto al menos cada mes, ya que está todo calendarizado. Cuando un sprint es demasiado largo el objetivo global puede volverse confuso e incoherente. De hecho, se puede convertir en proceso mucho más complejo y riesgoso. En cambio, si los ciclos son más cortos es más fácil limitar los riesgos y los esfuerzos son más pequeños, paso a paso.
Scrum: ¿Por qué trabajar en fases?
Trabajar con Scrum y sus sprints tiene múltiples ventajas, entre las que se encuentra:
Mejorar el foco
En primer lugar, trabajar en fases permite mejorar el foco. Dado que solo se trabaja durante un periodo de tiempo limitado en unas tareas concretas, el equipo se enfoca y centra en la realización de las mismas.
Comunicación y transparencia
Además, mejora la comunicación y la transparencia del proyecto. El trabajo por fases exige reuniones periódicas en las que se pone en común los logros alcanzados en el sprint anterior, aquellas tareas que no se han finalizado, por qué no se ha hecho y cómo puede mejorarse.
Trabajo en equipo
De ese modo, se potencia el trabajo en equipo, enfocando todos los esfuerzos y recursos en alcanzar un objetivo en común. Además, el equipo se conciencia sobre la necesidad de mejorar sus métodos de trabajo y se esforzará por realizarlo antes.
Responsabilidades delimitadas
Por otra parte, las responsabilidades están claramente delimitadas. Al comienzo de cada sprint se asigna a cada integrante del equipo la tarea a realizar. Con este enfoque, cada miembro se enfocará en esas tareas reduciendo la incidencia de distracciones.
Equipos comprometidos
Esta metodología genera equipos comprometidos. Dicho de otro modo: el equipo trabaja como una unidad comprometida por el proyecto. Es más, ante ausencias puntuales de un miembro del mismo, el resto de los miembros asumen sus tareas para poder completar el sprint a tiempo.
Mayor implicación del cliente
Aumenta la implicación del cliente final y del resto de agentes (Stakeholders) relacionados con el proyecto. El cliente puede seguir el desarrollo de su producto sin tener que esperar a ver un resultado final que puede que no le convenza. En otras palabras: trabajando con sprints se minimizan los riesgos.
Prioriza tareas
El trabajo por fases prioriza el conjunto de las tareas. De ese manera, estableciendo una jerarquía a las funciones, se comenzará a trabajar por aquellas tareas urgentes delegando las tareas menos importante a un segundo plano.
Trazabilidad de las tareas
Este metodología de trabajo permite realizar una completa trazabilidad del conjunto de tareas. En todo momento conoceremos qué tareas se han cerrado, cuáles están en curso y cuáles son las que están a la espera.
Metodología flexible
Y, además, se trata de una metodología flexible, ideal para aquellos proyectos que se desarrollan en entornos cambiantes y dinámicos. El trabajo por fases permite reaccionar a un cambio en las solicitudes impuesto por el cliente o por el mercado.
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