Sonia Mañé Vernia Muchos no se han percatado, o ni siquiera se lo han preguntado o planteado, pero lo cierto es que ya hace unos años que hemos vivido una nueva revolución industrial y se ha dado paso a la llamada Industria 4.0. Ya sabemos lo que estáis pensando: ¿Industria 4.0? Hemos pasado por la 1, la 2 y la 3 y no me he percatado, la vida sigue… Bien, ahí es donde cometemos un error; la vida sigue, no cabe duda de ello, pero también es cierto que lo hace de forma muy distinta y que cuanto más conozcamos el nuevo sistema mejor nos adaptaremos a él. Hoy damos respuesta a cómo será el trabajo del futuro ¡Descúbrelo con nosotros!
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Índice de contenidos:
- Por qué debería importarte la Industria 4.0
- Las claves de cómo será el trabajo del futuro
- Las tendencias tecnológicas que han definido el trabajo del futuro
Índice de contenidos
Por qué debería importarte la Industria 4.0
En cincuenta años hemos pasado de procesos capitaneados por las cadenas de producción humanas, al uso de la tecnología para facilitar y simplificar la producción y, de paso, aumentarla por el camino. La evolución del ser humano viene irremediablemente de la mano de la tecnología desde hace ya unos años; diseñada para conseguir mejores resultados, está siendo también la responsable de la destrucción y generación de empleos; de nuevas formas de vida que no conocíamos y de las tendencias que van a marcar nuestro futuro.
Esta filosofía está dando paso a la llamada Industria 4.0; una tendencia del sector empresarial que se basa en la integración de la tecnología para mejorar y optimizar los procesos de producción. Sea cual sea el producto o el sector, se han aplicado una serie de innovaciones tecnológicas que están instalándose ahora y que van a crear una nueva forma de trabajar. Las generaciones millennial, así como sus hijos y sus nietos, ya no conocerán el trabajo tal y como lo vivieron sus padres, así que solo cabe preguntarse, ¿cómo será el trabajo del futuro?
Las claves de cómo será el trabajo del futuro
La utilización de los nuevos frentes tecnológicos para aumentar la producción afecta de forma directa a todos los departamentos de una empresa y al comportamiento y vidas de sus trabajadores. Por ejemplo: durante la cadena de producción del producto o servicio se pueden suprimir puestos de trabajo poco cualificados en favor de las máquinas; un acto que necesitará, por otra parte, la contratación de expertos en controlar esas máquinas.
Del mismo modo, el departamento de marketing de esa empresa usará nuevos softwares que harán el trabajo más ágil, organizado e intercomunicado entre los trabajadores; permitiéndoles incluso poder trabajar en remoto desde cualquier lugar del mundo. En esta dinámica ya hemos podido comprobar dos cambios sociales estructurales importantes; por una parte la mano de obra es más cualificada y, por otra parte, el trabajo será cada vez más deslocalizado en la mayoría de sectores.
Las tendencias tecnológicas que han definido el trabajo del futuro
La nube
Uno de esos frentes es el uso de la nube. El cloud computing ha establecido nuevas formas de trabajar usando el almacenaje en la nube y nos permite ahorrar costes, acelerar los procesos creativos y permitir que los trabajadores se adentren en un ritmo de trabajo mucho más dinámico.
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El Internet de las cosas
En este sentido, otra tendencia que todo CEO de una empresa debe conocer y aplicar es el Internet de las Cosas. Contar con dispositivos que están conectados a la red y funcionan por y para ello es fundamental para conseguir resultados, más cuando estas innovaciones sirven para optimizar procesos de producción y conseguir resultados a mayor velocidad.
La realidad aumentada
En este proceso también entra en juego la realidad aumentada, una de las nuevas tendencias tecnológicas del momento que nos permite obtener datos en tiempo real sobre la fabricación de productos. Es tan útil como tener las medidas de una pieza delante de los ojos sin ni siquiera tener que sacar el metro. Aunque todavía queda para que sea perfecta, es la herramienta que sustituye herramientas.
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Pero cuando nuestro día a día profesional depende tanto de la tecnología, es fundamental que cuidemos un aspecto como la seguridad de todos nuestros dispositivos y procesos. El valor de nuestro producto merece la pena todo tipo de protecciones de seguridad para evitar ataques informáticos ya no solo porque puedan retrasar la producción, sino por nuestra propiedad intelectual.
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El Big Data
En este sentido, es importante tener en cuenta dos aspectos. Por un lado está el Big Data, otra de las tendencias de la industria 4.0 que nos permite analizar enormes volúmenes de información para obtener resultados que nos enseñan cómo debemos mejorar nuestro trabajo. Estos datos son capaces de ayudarnos a optimizar procesos para reducir costes de producción, por ejemplo.
El segundo aspecto va ligado a un tercer factor también fundamental. Antes de realizar el lanzamiento de un producto y sabiendo que tenemos toda la información que nos brinda el Big Data, estamos obligados a probar, a experimentar, para saber cuál es la producción que más se ajusta a lo que pretendemos alcanzar en función de la inversión que tenemos y los costes.
La impresión 3D
Para esta experimentación disponemos de otra de las tendencias de la industria 4.0, las impresoras 3D que nos van a permitir probar copias low cost de nuestros productos. Antes, los prototipos tenían un coste elevado que resultaba demasiado arriesgado para las pequeñas empresas. Ahora con una impresora 3D podemos hacer pruebas a coste reducido con muy poco esfuerzo.
Robots autónomos y drones
En esta industria 4.0 estamos viendo florecer una nueva era de los robots autónomos que son capaces de realizar tareas de producción sin supervisión extrema. Estas tecnologías nos ayudan a acelerar los procesos y rompen con barreras lógicas del ser humano como los horarios de trabajo, permitiéndonos realizar labores más longevas. Es cierto que la inversión inicial puede ser elevada, pero a medio plazo sale rentable si se selecciona bien la tecnología.
No olvidar que la Industria 4.0 necesita la mano de obra humana
Toda esta revolución tecnológica que se nos avecina es impresionante, abrumadora y prometedora, pero no sería posible sin el valor humano. No nos confundamos: el crecimiento del ser humano siempre depende del propio ser humano. Que la tecnología sea una herramienta para mejorar los procedimientos no nos convierte en prescindibles. Seguimos siendo la pieza clave.
La automatización nos ha llevado y nos llevará a especializarnos, como bien comentábamos antes, y a fomentar la formación técnica en los centros de estudio. Es algo que venimos viendo en sectores como el de la aeronáutica durante los últimos años.
Este cambio de paradigma nos va a hacer pasar de usar la fuerza, a hacer más uso de la mente para optimizar la producción. Estamos inmersos en un renacer de los procesos industriales donde somos nosotros los que tenemos la oportunidad de redefinir el pasado para escribir el futuro.
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