6 tecnologías para aplicar en marketing y comunicación

Aportar al cliente una experiencia que va más allá de la mera compra de un producto o servicio es el objetivo principal de las herramientas tecnológicas que trabajan al servicio de una buena estrategia de marketing. Hoy te explico 6 tecnologías para aplicar en Marketing que no te puedes perder ¡Empezamos!

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Tecnologías para aplicar en marketing y comunicación

Muchas veces me preguntan si en marketing ya está todo inventado o todavía tenemos por delante muchas novedades que van a revolucionar el sector. Mi teoría es la siguiente: las bases se crearon hace tiempo, pero las herramientas que tenemos a nuestra disposición para llevar a cabo una estrategia de marketing de nuestro negocio, evolucionan y se adaptan a los cambios de la sociedad. 

Y, ¿qué demanda la sociedad en la actualidad en lo que a marketing se refiere? Más corazón, menos ventas. Más dar y menos pedir. En resumen, lo que el economista y filósofo italiano Vilfredo Federico Pareto, definió en 1986: ‘Ley de Pareto’, dentro de su «Cours d’économie politique».

Aunque en un principio esta Ley se creó para el ámbito del control de calidad, más tarde se ha ido aplicando a otros ámbitos, entre ellos, el del marketing y, en concreto, el del marketing de contenidos. ¿A qué hace referencia? A la famosa regla del 80/20, es decir, que el 80% del contenido sea para aportar valor a nuestros clientes y que éste nos ayude a fidelizarlos y el 20% restante, a contenido orientado a la venta.

¿Con esto sería suficiente para desarrollar una buena estrategia de marketing? Es una buena parte de ello, pero hoy en día los usuarios buscan ir un pasito más allá y que, de alguna manera, las herramienta tecnológicas que tenemos a nuestra disposición nos ayuden a ofrecer una experiencia completa, diferente y sugerente a nuestros usuarios. 

¿El objetivo? Dar respuesta a una demanda o necesidad que no existía en el mercado o que, cuanto menos, la empresa no la ofrecía hasta el momento. Existen numerosos ejemplos en el mercado, pero he reunido algunos de diferentes sectores para que te puedas hacer una idea del potencial que tienen estas herramientas en una estrategia de marketing actual e innovadora.

Lectores de códigos de códigos QR para el supermercado

El aumento de los establecimientos que sirven comida saludable y menús completos ha aumentado considerablemente, especialmente en las ciudades y esto hace que muchas personas hayan reducido su cesta de la compra habitual.

Esta circunstancia, unida al deseo de cuidarse, ha llevado a los supermercados a ofrecer comida para llevar, pero también a crear códigos QR que colocan junto a frutas, verduras, el pescado o la carne, de manera que los usuarios pueden conocer, por un lado, las propiedades de esos productos, beneficios para la salud y posibles recetas. Una manera diferente de ayudar a sus clientes a que creen sus propias recetas, disfrutar de los productos frescos y cuidarse. Sin duda, una tecnología sencilla, pero que aporta una experiencia diferente al usuario del supermercado, perfecta para hacer frente a la competencia.

VR- Commerce: una experiencia muy real, desde casa

Por el momento, parece que sólo las grandes empresas están apostando por este tipo de tecnología, pero las medianas también van probando sus beneficios. ¿Cuáles? Introducir al cliente, desde su casa, en la tienda, que pueda pasear por ella, saber cuánto cuesta un objeto, las características del mismo, etc. 

¿Con qué objetivo? Por un lado, aumentar las compras online (es como si estuvieras en la tienda, pero sin agobios y en el horario que al usuario le venga bien) y, por otro, crear una nueva experiencia de usuario completamente personalizada. Grandes marcas como Ikea ya lo ha puesto en práctica.

Espejos 3D para las tiendas de moda

Sin necesidad de tener que probarse la ropa, el usuario sólo tiene que ponerse delante del espejo y cuando éste le reconoce, le muestra la ropa que hay disponible y el cliente puede ver cómo le quedaría. El sistema le da también la talla, en función de la prenda y de su cuerpo. 

Sin duda, una experiencia innovadora que, además, ahorrará tiempo de espera en las colas de los probadores. Por el momento, se trata de una tecnología que hay que ir mejorando, pero ya forma parte de algunas de las tiendas de moda más conocidas a nivel mundial.

Reconocimiento facial para el sector de belleza y estética

Poder ofrecer a los clientes un adelanto de cómo le quedarán, por ejemplo, unas gafas o cómo se vería si se cambiara el corte o el color de pelo, gracias al reconocimiento facial, están ganando cada vez más adeptos entre los grandes y medianos negocios de salud

Sistemas de geolocalización para el comercio local

Estar dado de alta en sistemas como Google Maps o Google My Business si tienes un negocio local, es la mejor manera de que el mayor buscador que existe en la actualidad, Google, le sugiera a un cliente tu establecimiento.

Muy recomendable en el caso de establecimientos de hostelería, pero también tiendas de moda o alimentación, especialmente en las localidades más turísticas o de gran afluencia de público.

Aplicaciones personalizadas

Son tantas las opciones que nos brinda la tecnología que, hoy en día, prácticamente cualquier negocio podría disponer de una aplicación propia, como herramienta de marketing. Sin embargo, a la hora de pensar en crear una, es necesario que pueda aportar un extra, una experiencia diferente, al cliente y que no se la puedan ofrecer el resto de herramientas tecnológicas o de comunicación.

Por ejemplo, en el caso de una farmacia, la aplicación podría permitir, no sólo hacer un pedido online o recibir ofertas que solo reciben los usuarios de la aplicación, sino que también se podría personalizar la información en función de su estado de salud o de las personas que tenga a su cargo, etc. 

Lo cierto es que el sector de la salud está empezando a trabajar mucho en este tipo de herramientas tecnológicas aplicadas al marketing, con el objetivo de humanizar y personalizar un servicio imprescindible en nuestras vidas.

En resumen: la tecnología es una excelente herramienta al servicio del marketing, siempre y cuando se tengan en cuenta los objetivos principales de la empresa y aporten un valor adicional y diferencial al usuario.