Resiliencia durante la transformación digital

Adaptarse a la vorágine de los cambios tecnológicos y digitales ponen en jaque en muchos casos a toda una generación. En una época o debería decir «Epoque» – para ser políticamente correcta con el movimiento por la inclusión de géneros, época donde la automatización y digitalización de las funciones humanas básicas, a través de la inteligencia artificial nos abruma, me encuentro reflexionando en cómo esto impacta a mi generación.

Generación a la que todas las economías ahora le ponen atención y a la cual a algún millennial aburrido le pareció divertido bautizar de plateada o silver, hecho este de muy mal gusto, asociándola al color platinado de las canas de los 50+. Canas que ni siquiera mi abuelita aceptaba, ya que mes a mes retocaba sus raíces con tinta para cabello de L´Oréal tratando de evitar terminar siendo llamada además Viejennial.

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¿Genial o Xennial?

¿Seré yo o hay una banalización de la experiencia que hemos adquirido por décadas, del sentido común y de la empatía hacia el otro? ¿Cómo puede un Xennial definir qué precisa o quiere un adulto con más de 50 o 60?

Grupete este con su propia crisis de identidad por ser ni-ni (ni Gen-X, ni Millennials) que termina elegantemente siendo definido como una micro-generación, cuyo mayor logro fué haber sido la primera en tener una computadora doméstica a pesar de que tuvieron su primer teléfono celular a sus 20 años.

Generación cuya personalidad tiene matices del escepticismo de los Gen-X sin caer en el exagerado optimismo de los Millennials donde todo parecería que lo resolverá el Todopoderoso. Todopoderoso/a que termina llevando el mismo apellido del becerro en muchas ocasiones.

Persevera y triunfarás

Así como uno aprendió por décadas por acierto y error, al intentarlo numerosas veces hasta lograrlo, la AI y la robotización tienen un proceso similar. Aciertos, fallas y nuevos intentos hasta lograrlo. Muy distinto a las nuevas generaciones, que desisten luego de algunos intentos fallidos.

¿Podrá la Web 3.0 resolverle a las nuevas generaciones todos los intentos de lograr sus cometidos? ¿Afectará la tecnología resolutiva en un futuro el desarrollo cognitivo de los humanos? ¿Sabrán las nuevas generaciones resolver ejercicios de matemáticas básicos?

Los Viejennials aprendimos a contar el vuelto del dinerito que nos daban para ir al kiosco a comprar caramelos. Hoy ya usamos billeteras digitales y virtuales, pagamos escaneando códigos QR hasta la hamburguesa en McDonalds.

No sabemos muchas veces ni cuánto costó lo que acabamos de comprar, tanto es el nivel de dependencia y confianza que trajo la transformación digital.

Celebrando la robótica Robot See, Robot Do

Aspiradoras Robot, como la famosa Roomba, con un nombre de ritmo musical cubano cuya única premisa es hacerte mover las caderas, premisa que este iRobot claramente no va a cumplir, ya que nos permite sumergirnos en el esnobismo del dolce far niente y desde el confort de nuestro sillón darle órdenes de voz usando nuevas apps en los móviles o mejor aún a través de mi mejor nueva amiga Alexa. Fantástica compañera interlocutora para los solitarios, cuya voz creer o reventar, fue creada a partir del sistema de text to speech combinado con AI.

La conclusión es indudable – los Silver dejamos de hacer ese ejercicio diario de pequeños pasitos al barrer nuestras casas. Lo que nos lleva a otro mal del siglo 21, el sedentarismo. Pero sobre esto no me voy a extender, ya que sería como arrancar a escribir mi biografía.

Además, me dispara una nueva reflexión. ¿Quién le pone nombres a los robots y aplicaciones? ¿Será la misma persona que bautiza a los huracanes? ¿Qué criterio de descarte o razonamiento les hizo concluir que Alexa era el nombre ideal para un asistente virtual? ¿Porque decide que debió ser el de un personaje femenino como recién salido de la saga de Superhéroes de Marvel?

Esta no se las puedo responder amigos.

Freedom Streaming

La transformación digital nos hizo ganar libertad. Libertad de decidir cómo disfrutar de nuestras vidas. Para quienes Blockchain significaba un bloc de apuntes y una cadena de bicicleta.

Para quienes Metaverso eran un punto de llegada u objetivo, la meta y unas líneas de versículos poéticos, los versos, esta transformación nos alivia de determinadas responsabilidades y eso nos permite pasar todo el día maratoneando en Netflix La casa de Papel, sin culpa, ni remordimiento.

Literalmente, al mejor estilo de Homero Simpson.

¿Persistentes o resilientes?

Está todo tan sumergido en la nueva semántica, tal como los robots, que nosotros, los mayorcitos tenemos que reprogramarnos a diario.

Los avances nos superan, literalmente en velocidad – y sin un tiempo de ventaja adecuado para internalizar un nuevo sistema. Esta manera desafiante de tener que adaptarnos a la nueva cotidianeidad resulta a veces frustrante y otras tantas gratificante.

Nuevas conexiones neuronales

Ese paradigma que afirmaba que los mayores no éramos capaces de aprender nada nuevo, ha sido derribado y a las pruebas me remito, por los retadores conocimientos adquiridos por los plateaditos en las últimas décadas. Esto solo confirma el concepto de la neuroplasticidad donde nuevas conexiones neuronales se generan constantemente para responder a las exigencias del entorno.

Pensar que quienes soñaron en los 60 del siglo pasado en cómo sería el futuro, fueron todo menos científicos. Hanna y Barbera fueron visionarios. Los Jetsons o Supersónicos vistos en retrospectiva, nos ponen la piel de gallina.

Muchos dijeron que era una versión futurista de los Picapiedras, de su creación también. Sin embargo, no es lo mismo escribir sobre hechos ya conocidos y experimentados por la humanidad que sentarse a hacer brainstorming con un equipo de creativos del área del cartoon y divagar sobre cómo sería el futuro del hombre, tanto en la tierra como en el espacio, cuando Neil Amstrong aún no había pisado la Luna.

Ni Nostradamus fué tan preciso.

Clases de gym por zoom, video llamadas y hasta la actual telemedicina como elemento de consulta médica, modalidad implementada lamentablemente durante la pandemia de Covid-19. Vehículos auto gestionables, dispositivos voladores tipo drones y hasta el Apple Watch.

Ya se presagiaba el teletrabajo, la media jornada y la semana reducida – además de la fuerte tendencia a estar sentado o acostado descansando, delegando con confianza ciega en la tecnología.

Nuevo paradigma

Así como muchos inventos de la humanidad, los cuales resultaron de eventos fortuitos, como la rueda misma – la transformación digital y los inventos tecnológicos que revolucionan nuestra cotidianidad, no siempre nacen en Sillicon Valley. Se gestan en la imaginación de cientos de soñadores.

Este nuevo escenario de envejecimiento activo requiere a su vez de un nuevo paradigma con que hacer frente a la nueva realidad. Los Viejennials hemos logrado incorporarnos paulatinamente a esta sociedad digitalizada.

No por elección propia, sino por imposición coercitiva optando por aceptar los cambios de manera activa ya que según los datos recopilados por la agencia Eurostat, mitad de la población Silver de entre 65 y 75 años no cuentan con habilidades digitales, provocando una importante brecha en el acceso a los beneficios de tantos nuevos recursos tech.

Lo que le genera a las instituciones, principalmente a las financieras, un gran desafío a sanar para los próximos años, ya que como diría Tom Cruise en la película Jerry Maguire, esa es la generación que tiene que «Show you the Money».

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