Método Hagakure en Google Ads ¿Realmente funciona?
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Método Hagakure en Google Ads ¿Realmente funciona?

Tiempo de lectura: 6 min
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El método Hagakure en Google Ads se presenta como la gran solución para simplificar estructuras, optimizar a gran escala y dejar que el Machine Learning (aprendizaje automático) haga su magia. Suena ideal: menos campañas, menos complicaciones y, en teoría, mejores resultados.

Sin embargo, no todo es tan bonito. Muchos anunciantes —y hablo desde mi propia experiencia— descubren que, al ceder tanto control a Google, aumentan los costes de CPC, se disparan las impresiones en búsquedas de baja calidad y, en última instancia, acaban obteniendo conversiones poco rentables. ¿Por qué sucede esto?

Cuando Google “mete mano” en tus campañas: la realidad de la concordancia amplia

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Una de las bases del método Hagakure es el uso masivo de palabras clave en concordancia amplia (o concordancias amplias modificadas, aunque Google ha ido restringiendo esta última opción). En la práctica, esto significa que:
1. Tus anuncios pueden mostrarse en términos de búsqueda tangenciales o incluso muy alejados de la intención real de tu producto o servicio.
2. El CPC puede elevarse debido a la competencia por palabras genéricas o a un mal control en las pujas automáticas.
3. Con la automatización, Google se “apodera” de gran parte del proceso de segmentación, combinando señales de usuario que, en teoría, deberían mejorar tu tasa de conversión. Pero en la realidad, algunas conversiones terminan siendo de bajo valor.

El problema es que, cuando no supervisamos en detalle los términos de búsqueda, podemos llevarnos sorpresas desagradables. Muchas empresas se quejan de que Google prioriza clics que aparentemente convierten, pero cuyo retorno real es dudoso. En pocas palabras, acabas pagando “por conversión” cuando, en realidad, el cliente final no es de calidad o no acaba comprando a largo plazo.

El “costo extra” que te arruina: de la promesa de optimización al sobregasto

Otro aspecto clave de esta experiencia negativa es el famoso Coste por Clic (CPC). Google, al tener libertad de mostrar tus anuncios en un rango muy amplio de búsquedas, puede terminar pujando más de lo que te resulta rentable. ¿El resultado?
• Sobreinversión publicitaria: Si tu puja está en automático (por ejemplo, con “Maximizar conversiones” o “ROAS objetivo”) y no tienes un límite claro, el sistema puede disparar la puja para ganar determinadas subastas.
• Clics sin retorno: Aunque se incrementen las conversiones en Google Ads, si el valor real de esas conversiones es bajo o inexistente (relleno de formularios falsos, leads que no responden o compras puntuales sin recurrencia), tu ROI acaba en negativo.
• Abandono de campañas: Muchos anunciantes, frustrados por este desequilibrio entre lo que pagan y lo que reciben, terminan por reducir drásticamente el presupuesto o incluso abandonan Google Ads con la sensación de que han sido “estafados”.

En este contexto, se explica la queja de que “Google te roba” utilizando sistemas que priorizan el volumen de clics y conversiones superficiales, sin asegurar la calidad real de esas interacciones.

¿Por qué sucede? El negocio de Google y su sesgo hacia el volumen

No es ningún secreto que Google vive en gran parte de la publicidad. Por tanto, sus algoritmos suelen favorecer la captación de clics y conversiones a escala, sobre todo cuando la puja está configurada para maximizar resultados a corto plazo. Esto conlleva:
• Tendencia a captar un público más amplio: Lo cual, en teoría, puede traer más conversiones, pero no necesariamente leads o clientes buenos.
• Sesgo hacia el gasto: Cuantas más subastas ganas, más gastas y, a corto plazo, Google también gana.
• Atajos en la clasificación de intenciones: No siempre se filtra correctamente la intención de quien hace la búsqueda. De ahí que aparezcan conversiones de poca calidad que “engordan” las estadísticas sin aportar valor real.

Consejos para evitar la “trampa” de los costes extra y las conversiones dudosas

Aunque el método Hagakure y la automatización tengan puntos muy positivos (centralización de datos, simplificación de la gestión, etc.), te sugiero ciertas precauciones para que no acabes sintiéndote estafado:
1. Revisa cada término de búsqueda
• No basta con mirar solo el informe de palabras clave. Profundiza en qué búsquedas reales activan tus anuncios y añade palabras clave negativas de forma constante.
2. Configura límites de puja
• Aunque utilices estrategias de puja automáticas, establecer un límite máximo puede evitar que Google se vuelva loco en subastas competitivas.
3. Define objetivos claros y medibles
• Asegúrate de que lo que defines como “conversión” sea realmente valioso. Si no, Google optimizará por objetivos poco relevantes y acabarás malgastando presupuesto.
4. Haz un seguimiento post-conversión
• Verifica la calidad de los leads (¿te compran de verdad?, ¿te contestan al teléfono?, ¿es un perfil con potencial?). Este análisis te permitirá ajustar mejor las campañas y filtrar conversiones “basura”.
5. No renuncies del todo al control manual
• A veces, una estructura algo más “fragmentada” pero bien pensada te permite diferenciar mejor audiencias y controlar el CPC. No todo tiene que ser 100% automatizado.

En mi experiencia, la clave está en no dejarse llevar por el discurso oficial de que la automatización de Google Ads te salvará el día. Sí, la IA y el aprendizaje automático pueden ser grandes aliados, pero siempre y cuando mantengas un control humano constante, revisando métricas y tomando decisiones tácticas.
• Lo peor que puedes hacer: Crear cuatro grupos de anuncios en concordancia amplia, poner pujas automáticas y dejarlo todo al azar.
• Lo mejor que puedes hacer: Combinar simplificación y automatización con una supervisión continua y un criterio propio para las palabras clave, extensiones y el presupuesto asignado.

Porque, al final, Google Ads es una potente plataforma, pero la mayor parte de los ingresos publicitarios de Google vienen justamente del volumen de clics. Si tú no pones límites o no supervisas la calidad de las búsquedas, caerás en ese bucle de gasto creciente sin resultados proporcionales.

Al final, si sientes que estos métodos te arruinan más que ayudarte, puede deberse a un desequilibrio entre la confianza que has depositado en la IA de Google y la atención que dedicas a supervisar la calidad de tus campañas. Volver a coger las riendas y encontrar un equilibrio entre simplificación y control manual es, a mi modo de ver, la mejor forma de que el Hagakure (o cualquier estrategia de automatización) funcione en lugar de perjudicarte.

Oscar Fuente https://www.greenlivingprojects.es

Además de fundar IEBS, la escuela de negocios de la innovación y los emprendedores, anteriormente fundó en 2001 Area de Ventas la primera empresa de distribución de e-learning y formación... Leer más

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