Los avances tecnológicos nos harán percibir Internet de una forma completamente diferente a la actual. Se estima que dentro de 10 años la red será capaz de enviarnos información por los cinco sentidos. Además de por la vista y la audición, también por el olfato, el tacto y el gusto. Esto se conoce como Internet de los sentidos. Una concepto que cambiará completamente nuestra forma de consumir el ámbito digital.
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¿En qué consiste el Internet de los sentidos?
La inteligencia artificial, con el desarrollo de tecnologías concretas como la realidad virtual, la automatización o el 5G, facilitará la puesta en marcha del conocido como Internet de los sentidos. Pero, ¿qué entendemos por Internet de los sentidos? Este término se refiere a la digitalización de los sentidos humanos.
Expertos en tecnología y telecomunicaciones aseguran que dentro de 10 años la forma de consumir Internet cambiará radicalmente. Es decir, además de la vista y el oído, que ya son habituales, se prevé que el gusto, el olfato y el tacto se integren también entre las conexiones online del año 2030.
Según diversos estudios, el Internet de los sentidos será posible gracias a la evolución y expansión de herramientas digitales como la realidad virtual, la realidad aumentada, la inteligencia artificial, la automatización y el 5G.
Actualmente vivimos en un mundo 4G basado en las pantallas. Donde los teléfonos inteligentes son parte de nuestras vidas. Pero los usuarios esperamos mucho más. De hecho, se estima que para 2025 todos usaremos gafas de realidad aumentada. Este será el primer paso para adentrarse en este mundo digital sensorial. Un mundo en el que existen herramientas que traducen idiomas al instante, que nos permiten controlar nuestro entorno de sonido y experimentar el olor, el sabor, las texturas y la temperatura digitalmente. Todo mediante una conectividad hiperrápida basada en informática de vanguardia y en una automatización avanzada.
Los impulsores del Internet de los sentidos señalan el entretenimiento inmersivo, las compras online, la crisis climática y la consecuente necesidad de minimizar el impacto climático como los ámbitos que generarán el cambio.
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Internet de los sentidos: Tendencias para 2030
El uso del cerebro como interfaz
La tecnología estará preparada para responder a nuestros pensamientos e incluso compartirlos con otros. Usar el cerebro como interfaz significará el fin de los teclados, ratones e incluso los mandos a distancia. El usuario solo necesitará pensar los comandos, y estos se harán realidad.
Controlar los sonidos
Se espera que para 2030 los consumidores tengan el control total no solo de lo que escuchan, sino también de lo que otros escuchan de ellos. Los usuarios podrán moldear su mundo sonoro y elegir más activamente los sonidos ambientales que nos rodean. Esto incluye, por otro lado, poder llamar a cualquier lugar del mundo y mantener una conversación simultanea en otro idioma con un tono de voz igual al tuyo.
Eligir el sabor que te apetezca
¿Imaginas poder ponerte un dispositivo en la boca que mejore digitalmente la comida para que cualquier cosa pueda saber exactamente como quieras? Se espera que sea posible. Esto supondría un antes y un después en nuestra dieta y, en consecuencia, en nuestra salud. Nos permitiría comer alimentos saludables que sepan a nuestro plato favorito.
Experiencias inmersivas con aromas digitales
El lenguaje químico del olor es una sensación física que nos afecta directamente. Por eso, los fabricantes de automóviles se aseguran que estos huelan a nuevos. Y las cafeterías nos parecen mucho más atractivas que el café envasado del supermercado. Las experiencias online hoy en día no implican olor, pero lo harán. Este avance nos permitirá, por ejemplo, poder evadirnos de la ciudad y visitar digitalmente la naturaleza experimentando todos los olores pertinentes. La experiencia de ver cualquier tipo de vídeo será más inmersiva si también se percibe el olor.
Sentir digitalmente cualquier cosa
Los jugadores de vídeo juegos están acostumbrados a que el mando vibre en sus manos según lo que esté sucediendo en la pantalla. En el futuro, se prevé que el toque digital comportará no solo algo que afecta a las manos, sino a todo el cuerpo. También, por ejemplo, se espera que los móviles dispongan de pantallas que transmitan la forma y la textura de los iconos y los botones que se presionan, y no solo una mera superficie de vidrio lisa como la actual. Podríamos sentir digitalmente cualquier cosa, desde algo simple como la textura de una pelota de fútbol, hasta la piel de otra persona.
A medida que la forma de consumir Internet avance, los modelos de negocio y las tendencias de consumo evolucionarán también. Por eso, si quieres estar al corriente de las nuevas tecnologías y saber cómo estas pueden afectar a tu empresa, puedes formarte con el Programa Ejecutivo en Transformación Digital. En este programa aprenderás a hacer frente a los nuevos avances tecnológicos y a guiar la implantación efectiva de procesos transformadores en tu organización.
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Interesante pero no hay que generalizar.
No todos tendrán gafas.
No todos los usuarios quieren mas.
Por otra parte, a la par de todos estos avances es necesario que haya conocedores en la materia que adviertan los efectos secundarios del consumo de estos servicios tal como estres, depresion y ansiedad, sobre todo en jovenes.
Nos estamos convirtiendo en simples expecadores de lo que las compañias diseñan para controlar el consumo.