Paula Canal Seguro que cuando les preguntaron a Jerry Greenfield y Ben Cohen (fundadores de Ben&Jerry’s) en qué estaban pensando a la hora de hacer sus “helados” más ecológicos, ellos simplemente contestaron: nadie antes lo había visto así.
Y es que darle una vuelta de tuerca a la idea que tienes en mente es más que necesario. Si dicen que ideas mediocres existen en todos lados, llegar a la idea extraordinaria puede suponer el empujón en el inicio de tu andadura profesional. Aquí aparece nuestra amiga la Innosfera o la búsqueda de la idea innovadora.
Partimos del caso inicial en el que sus creadores conciliaron su vena más activista y hippie con la de una empresa sostenible, ya fuera a través de campañas de ahorro energético hasta el mundialmente conocido día del helado. Concibieron una empresa que respetara los problemas de la comunidad y que apoyara causas e iniciativas que mejoraran la vida rural. Para llegar a todo ello hemos de seguir un orden.
Índice de contenidos
Siempre comenzar por el principio
Iniciémosnos con una primera toma de contacto sobre todo lo que hemos encontrado en el mercado referente a nuestra idea. Un brainstorming que nos permita tomar nota de los pros y contras, de lo que queremos hacer y donde debemos encontrar la marca de distinción. Esto es, qué estamos haciendo bien, qué mal y dónde tenemos que mejorar. De poco me vale que haya encontrado la forma de vender gafas de sol con diseños exclusivos customizados si solo consigo mantenerme a flote durante la temporada estival. Si queremos ser competitivos debemos marcar la diferencia.
Una solución a priori sería pensar que nuestras gafas puede ser una marca que represente a un grupo o colectivo más desfavorecido, aportándole una identidad y haciendo que esta reseña sea algo que me ayude a mantener en el mercado durante todo el año.
Para ello debemos estar abiertos a la innovación. Podemos estar hablando de la búsqueda de optimización de nuestros recursos, tal y como vimos en el ejemplo inicial hacerlo más eco-friendly apoyando iniciativas ecológicas cercanas a nuestra comunidad.
«Abrirse» a la innovación
Tras esto, debemos encontrar partners externos que canalicen las vías de un modelo de empresa diferente a la ya planteada. Ya no solo cuenta que las herramientas empleadas sean las últimas que se han incorporado al mercado, sino que sean las idóneas para nuestro plan de negocio. Un tipo de modelo que en palabras de Henry Chesbrough debe seguir la línea de implantar ideas fuera de nuestro entorno.
Aunque algunos pueden seguir siendo reacios a incorporar ayuda externa a su entorno laboral, cierto es que en el momento en el que estamos obcecados con algo una visión ajena ayuda a ver las cosas más claras. Que los demás nos ayuden a buscar esa creatividad única que nos permita lanzarnos a un mar de tiburones sin morir en el intento.
Si emprender es uno de los primeros pasos hacia la creación de nuestro negocio, el paso previo es encontrar la idea del millón. De poco vale si conciliamos nuestra idea como algo sencillo que se perderá con el tiempo. Lo vital es darle una vida larga y duradera, eso sí sabemos que encontrar la fórmula mágica no es tan sencillo. Nadie dijo que conseguirlo fuera fácil, pero que no se diga que tampoco se puso empeño para llegar a ello. Si piensas que ya estás a punto de conseguirlo pero necesitas darle a la cabeza un último empujón, el Master en Community Management te espera.