Europa contra las cuerdas: la hiperregulación y su impacto en la competitividad y el emprendimiento
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Europa contra las cuerdas: la hiperregulación y su impacto en la competitividad y el emprendimiento

Tiempo de lectura: 8 min
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En los últimos años hemos visto como las normas europeas parecen estar cada vez más alejadas de las empresas. Directivas como la de cookies, le dan la espalda a la realidad y en vez de educar  y concienciar a la sociedad sobre el valor de sus datos, se limitan a sobreregular para qué… para estar peor. Pero esta deriva, acarrea graves peligros para la competitividad de Europa. Y no lo digo yo, lo dicen los datos ¡Sigue leyendo!

La fiebre regulatoria: de la protección al exceso

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Desde la RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) hasta la más reciente propuesta del EU AI Act (la normativa de la Unión Europea sobre Inteligencia Artificial), la constante es clara: Europa quiere “poner vallas al campo”. El objetivo declarado suele ser la protección de los consumidores, el mercado laboral o la privacidad, algo loable sobre el papel. Sin embargo, el exceso de burocracia y requisitos puede derivar en un efecto contraproducente:


• Desincentivar a emprendedores locales que encuentran trabas en cada paso.
• Atraer menos inversión extranjera, ya que a los inversores les interesa un contexto menos restrictivo.
• Lentificar la adopción de tecnologías emergentes, colocando a Europa por detrás de otras potencias.

Esto no significa que regular sea malo per se, sino que la UE corre el riesgo de sobre-regular. Y en el terreno digital —donde la velocidad de innovación es clave— la hiperregulación puede ser tan perjudicial como la ausencia de normas.

Datos macroeconómicos: Europa vs. EE. UU. y China

Para entender el impacto real, conviene echar un vistazo a la evolución económica comparativa:


1. PIB global
• Estados Unidos cuenta con un PIB aproximado de 23 billones de dólares (cifras redondeadas), con un crecimiento anual que ha oscilado entre el 2% y el 3% en los últimos años.
• China, con unos 18 billones de dólares de PIB, registra —incluso con la desaceleración— crecimientos cercanos al 5-6% anual.
• La Unión Europea (UE), sumada en conjunto, se mueve en torno a 16-17 billones de dólares de PIB. El crecimiento medio suele situarse entre el 1,5% y el 2,5% en los mejores escenarios, dependiendo del país y de la coyuntura.

Año PIB EE.UU.
(billones USD)
Variación anual EE.UU. PIB UE-28 (incl. UK)
(billones USD)
Variación anual UE-28
2014 17,5 +2,5% 19,0 +1,2%
2015 18,2 +4,0% 19,2 +1,1%
2016 18,7 +2,7% 19,1 -0,5%
2017 19,5 +4,3% 20,2 +5,8%
2018 20,5 +5,1% 21,7 +7,4%
2019 21,4 +4,4% 22,7 +4,6%
2020 20,9 -2,3% 20,9 -7,9%
2021 22,9 +9,6% 22,5 +7,7%
2022 24,8 +8,3% 23,4 +4,0%
2023 25,5 +2,8% 24,1 +3,0%


2. Startups y capital de riesgo
• En la clasificación global de “unicornios” (startups valoradas en más de 1.000 millones de dólares), EE. UU. lidera con más del 45-50% del total.
• China ocupa la segunda posición, concentrando alrededor del 25-30%.
• Europa, a pesar de tener un mercado de más de 440 millones de habitantes, apenas alcanza un porcentaje cercano al 10% de los unicornios mundiales (algunos informes lo sitúan incluso por debajo).


3. Atracción de talento e inversión
• Tanto EE. UU. como China ofrecen ecosistemas con regulaciones más ágiles o, al menos, más predecibles para el inversor.
• La UE, con 27 estados miembros, añade capas regulatorias nacionales a la propia normativa europea, multiplicando la complejidad.

Estos datos macro pintan un escenario donde Europa va por detrás en la carrera de la innovación y la tecnología, un ámbito crucial para la economía del futuro.

¿Por qué la regulación excesiva empobrece?

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1. Fuga de cerebros y de empresas
• Cada vez más emprendedores de alto nivel, especialmente en sectores punteros (IA, biotech, fintech), optan por marcharse a jurisdicciones como Estados Unidos o incluso Asia, donde se sienten menos presionados por la burocracia.
• Con ellos se va el talento, la capacidad de innovación y la atracción de capital —todo un círculo virtuoso que fortalece los ecosistemas donde se instalan.


2. Menor competitividad global
• Las empresas europeas se ven obligadas a dedicar recursos ingentes a cumplir con normativas (auditorías, informes, procesos legales…) que en otros mercados se gestionan de forma más sencilla.
• Esta disparidad encarece el coste de emprender en Europa, reduce márgenes y, en última instancia, encarece el producto final para los consumidores o hace inviables ciertos proyectos.


3. Retraso en la adopción tecnológica
• En áreas como la Inteligencia Artificial, la normativa puede exigir capas de transparencia y control que dificultan la experimentación.
• La falta de capacidad de prueba-error a la velocidad que requiere el mercado digital supone que, cuando en Europa un modelo de negocio obtiene el visto bueno regulatorio, es posible que en EE. UU. o China ya vayan dos pasos por delante.


4. Riesgo de “Death by a thousand cuts”
• No es tanto una única ley la que ahuyenta al emprendedor, sino la suma de multitud de normas, impuestos y obligaciones que convierten el emprendimiento en un itinerario de obstáculos.

Ejemplos de trabas: del “Exit Tax” a la IA


• Exit Tax
En países como España, quien posee un porcentaje significativo (25% o más) de una empresa con valor superior a 1 millón de euros puede enfrentar el “Exit Tax” si decide cambiar su residencia fiscal. Esto desincentiva la libre movilidad de los emprendedores, que a menudo no tienen la liquidez para asumir un pago tan elevado.


• Regulación de las plataformas digitales
Casos como el de Glovo muestran cómo, a veces, las autoridades actúan de oficio imponiendo sanciones multimillonarias que se deben abonar antes incluso de que un tribunal se pronuncie. Para muchas startups, esta situación sería directamente inviable.


• EU AI Act
Clasificar los usos de la IA en “alto riesgo” por defecto —por ejemplo, procesos de negocio relativamente estándar— obliga a las empresas a un cumplimiento exhaustivo, con costes desorbitados y el temor a multas que pueden llegar al 7% de la facturación global.

¿Qué se podría hacer?


1. Armonizar y simplificar
• Se necesitan marcos regulatorios europeos claros, uniformes y más sencillos para las empresas, especialmente las de nueva creación.
• Hoy, la fragmentación genera capas administrativas que a menudo se solapan y contradicen.
2. Impulsar la competitividad
• Legislaciones y programas que incentiven la inversión de capital riesgo y faciliten la creación de startups.
• Reducir las tasas e impuestos a empresas emergentes en los primeros años de vida, ofreciendo ventanas de oportunidad para validar sus modelos de negocio.
3. Adaptar el ritmo de la regulación
• El sector tecnológico evoluciona a un ritmo vertiginoso. La UE debería plantearse experimentos reguladores, sandbox o periodos de prueba que permitan a las empresas innovar antes de imponer cargas excesivas.
4. Colaboración público-privada
• La administración debería cooperar con emprendedores y expertos para crear normas flexibles y pragmáticas, en lugar de legislar a golpe de alarma mediática o con generalizaciones que penalicen a todo el ecosistema.

Hacia la pérdida de relevancia global

La realidad se impone: si Europa no revisa su tendencia a la hiperregulación, seguirá rezagándose con respecto a Estados Unidos y China en materia tecnológica y económica. El talento se marcha, las inversiones buscan entornos más amables y el PIB europeo crece a un ritmo más lento. Aunque la protección de los derechos de los trabajadores y la ciudadanía es esencial, la sobrecarga normativa puede tener efectos muy negativos en la creación de riqueza y oportunidades de futuro.

El riesgo de empobrecimiento relativo es real: para cuando la UE se dé cuenta, puede que ya haya quedado aún más atrás en la carrera por la innovación. Y no podemos olvidar que la competitividad global es, en buena medida, quien dictamina el grado de prosperidad de nuestros países a largo plazo.

¿Queremos una Europa líder en innovación o una Europa que se queda mirando desde la barrera? La regulación debería servir de marco de confianza y seguridad, no convertirse en una trampa burocrática que ahuyente a quien desea arriesgarse y emprender.
Porque, si seguimos así, las vallas que pretendemos poner al campo digital solo lograrán que este campo florezca en otra parte.

Referencias y datos:
• Informe del Banco Mundial sobre el PIB de EE. UU., China y la Unión Europea.
• Datos sobre el número de ‘unicorns’ publicados en CB Insights y Statista.
• Propuestas legislativas de la UE: RGPD, EU AI Act, DSM (Digital Single Market), Ley de Servicios Digitales (DSA), etc.
• Casos reales de “Exit Tax” en España y normativa fiscal europea para inversores.

Oscar Fuente https://www.greenlivingprojects.es

Además de fundar IEBS, la escuela de negocios de la innovación y los emprendedores, anteriormente fundó en 2001 Area de Ventas la primera empresa de distribución de e-learning y formación... Leer más

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