Cristina Juan “El sistema actual sigue siendo memorístico y descuida el proceso educativo, en el que los alumnos deben investigar, sentirse implicados y compartir, y no simplemente enseñarles preguntas que se limitan a responder en un examen”. Palabras de César Bona, considerado el mejor profesor de España.
David Calle, finalista al Global Teacher Prize, el “Nobel” de la Educación, opina también “que todos los partidos se pongan de acuerdo, que se sienten, que busquen un modelo que funcione realmente, que escuchen a todas las partes implicadas y que la educación se adapte a los tiempos que vivimos».
¿Opinas lo mismo?
Viaja al pasado y recuerda el aula de tu escuela. Tu y 30 alumnos más sentados cada uno en su pupitre. Enfrente, el profesor presidiendo el aula y explicando la lección. Como guía, un libro de texto. Sin cuestionar lo interesante del temario, probablemente a duras penas podías mantener el 100% de tu atención durante toda la jornada escolar. Algo fallaba, ¿verdad?
Tal vez en esos momentos de tu juventud, en los que la inquietud y la creatividad pedían a gritos que las sacarás a relucir, te habría gustado dejar de mirar el libro para mirar dentro de ti y descubrir tus habilidades.
Ya puedes volver al presente. ¿Y qué ocurre en el presente? Pues que todos los sectores de la sociedad están avanzando hacia nuevos modelos más globales, cooperativos y digitales. Todos menos uno.
¿Qué es lo que le pasa al sistema educativo para que todavía no haya salido de la teoría “mucha teoría y poca práctica, mucha memoria y poca reflexión”?
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La educación tradicional a debate
Comparemos las siguientes fotografías:
¿Ves alguna diferencia? A simple vista, la más aparente es que de una a otra han pasado 50 años. Por lo demás, todo es igual.
La educación se sustenta sobre unos pilares basados en un sistema único, homogéneo y rígido. Empeñados en aplicar una metodología basada en la memoria a corto plazo, los sistemas de evaluación se rigen por la capacidad de memorización. Como consecuencia, la capacidad crítica y reflexiva quedan relegadas a un segundo plano.
El sistema educativo sigue anclado en el pasado. Un sistema pensado para memorizar respuestas y en el que no se aprende a aprender. ¿O acaso aprendiste a montar en bicicleta leyendo un libro o viendo un vídeo?
Albert Einstein dijo que “todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”. Hoy, todavía miles de alumnos siguen identificándose con esas palabras, sintiéndose inferiores por no ser capaces de memorizar las páginas de un libro.
¿Por qué sigue vivo ese sentimiento? Porque la metodología que utiliza la educación se basa en el contenido, no en la persona ni en su potencial.
Y esa metodología provoca que el colegio se convierta en una trabajo. Una jornada de 8 horas estudiando, con descansos para comer y, al acabar, de vuelta a casa con la mochila cargada de deberes.
Un trabajo, en vez de un espacio en el que explotar la creatividad, el potencial y los dones de cada alumno. Todos somos diferentes y, por lo tanto, nuestras habilidades también. ¿Si soy un pez, por qué tengo que trepar un árbol si lo que yo sé y debo potenciar es cruzar un lago?
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De la mano de los mejores profesionales
¡Quiero saber más!Este método lleva a la competitividad. Presiones, agobios y decepciones de los alumnos, que no dejan de compararse con sus otros compañeros. Si se evalúa a todos por igual y no se detectan las habilidades de cada uno, nunca llegarán a encontrar su verdadero talento.
Cómo sorprendernos entonces de tanto fracaso escolar, de tantos alumnos que llegan a la edad adulta y no saben qué camino tomar ni cómo enfocar sus vidas.
Enseñar a memorizar las respuestas ya no tiene cabida. El mundo ha cambiado, se ha digitalizado. Las respuestas de siempre han quedado inservibles y pocas personas saben resolver las nuevas preguntas que se plantean. Los jóvenes que acabaron la universidad y entraron entusiasmados en el mundo laboral se dan cuenta de que no encajan. Los profesionales que han seguido un mismo patrón que funcionó durante muchos años, ahora no saben cómo adaptarse al cambio.
¿Cómo se puede preparar a los alumnos para el futuro si nos seguimos basando en la misma metodología que se usaba hace 150 años?
Del aprendizaje tradicional al nuevo sistema educativo
El mundo ha progresado y ahora se necesitan personas creativas e innovadoras. Que sean independientes pero que, a la vez, sepan conectar con otras personas.
La transformación digital está haciendo posible que el sistema educativo empiece a tomar una nueva forma y que los métodos de aprendizaje se adapten a la era digital en la que vivimos.
Los jóvenes del siglo XXI han nacido rodeados de tecnología. No conciben sus vidas sin el uso de móviles, tablets y ordenadores. Entonces, ¿por qué no incorporar estos dispositivos a la hora de aprender?
La educación debe avanzar al mismo ritmo que lo hace la evolución tecnológica. Países como Finlandia ya han detectado esta necesidad y los alumnos van a la escuela para aprender jugando con las herramientas que nos ofrece la tecnología.
Para ellos, aprender no es aburrido. Ya no lo relacionan con pasarse horas y horas delante del libro de texto intentando memorizar algo que ni siquiera están comprendiendo. Se sienten motivados porque alguien se ha preocupado de detectar sus habilidades, dárselas a conocer y potenciarlas al máximo.
Poco a poco más escuelas se van sumando a la revolución educativa. Apostando por la creatividad y el emprendimiento, estas escuelas no pretenden establecer una dinámica única para todos, sino introducir nuevos métodos y metodologías que se basan en el desarrollo de las habilidades de cada alumno y en la personalización de los contenidos, todo ello a través del aprendizaje social.
César Bona, defensor de la nueva educación
¿Quién es César Bona?
César Bona es un profesor que pocos conocían cuando daba clase en un colegio de Zaragoza, hasta que fue elegido como uno de los 50 mejores maestros del mundo, según el Global Teacher Prize, el “Nobel” de la Educación.
Fiel defensor de la educación creativa e innovadora, Bona asegura que “el aula debe ser un espacio de imaginación”. Filosofía que ha reflejado en su libro “La nueva Educación”.
Os dejamos una entrevista en la que el profesor explica los métodos de aprendizaje que utiliza para motivar a sus alumnos:
Reflexionemos
La información es libre, gratuita y accesible a todo el mundo. Las escuelas con metodologías tradicionales tienen que entenderlo, adaptarse a ello, y no basar su formación en la información, sino en el conocimiento, en la práctica y en la experiencia.
Lo que importa no es memorizar conocimiento, sino aprender a responder preguntas que nadie se había planteado antes. Aprender a innovar, a decidir. Porque solo aquellos que sean capaces de adaptarse a los cambios sobrevivirán en un mundo que nunca dejará de evolucionar.
David Calle opina que las nuevas tecnologías acercan conocimiento a los alumnos y permiten tener acceso inmediato a él. El profesor, que enseña Física a millones de alumnos a través de su canal de Youtube, cuenta que “este es el entorno con el que han crecido los jóvenes y donde pasan la mayor parte de su tiempo libre, el mejor lugar para enseñarles”. Calle asegura que “si ellos descubren que con sus capacidades y con la tecnología que les rodea pueden hacer cualquier cosa, y no se les ponen límites, nada les parará para llegar a ser los mejores”.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Crees que el sistema educativo debe actualizarse? ¿Votas por una metodología basada en la competitividad o por una basada en el trabajo en equipo y en la transfusión de conocimiento? ¿Consideras que la tecnología ayuda a promover un nuevo sistema más innovador?
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