Seguramente en los últimos años has comprado algún dispositivo tecnológico que pasada la fecha de garantía ha comenzado a presentar fallos comunes para muchos usuarios. Muy posiblemente estés sufriendo uno de los mayores males de la tecnología en el siglo XXI: la obsolescencia programada o planificada. ¿Crees que estás a salvo de esta muerte tecnológica programada? Descúbrelo con nosotros en el siguiente artículo.
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El 2017 se cerraba con el escándalo de las baterías de los iPhone. No sabemos la magnitud que tiene la obsolescencia programada, es que ni las grandes marcas como Apple o Samsung se salvan de este abuso que comete la tecnología que tiene terribles consecuencias en la sociedad de consumo y, sobre todo, para nuestro planeta.
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¿Qué es la obsolescencia programada o planificada de un producto?
Seguramente todos nos hemos visto afectados por esta obsolescencia programada alguna vez en la vida, pero no nos hemos dado cuenta. Y si no, piensa ¿alguna vez has tenido un aparato que no termina de funcionar bien pero su reparación es más cara que comprar uno nuevo? A lo mejor estos pequeños deterioros son programados dentro de su diseño para acabar con la vida útil del producto.
La obsolescencia programada es el fallo que se produce en un producto que está programado deliberadamente ya que tiene un tiempo de vida útil específico. Esto ocurre antes de que el producto sufra su desgaste por completo. Esta obsolescencia planificada está pensada dentro del diseño del producto por la empresas para incentivar de nuevo la compra.
Pero la obsolescencia programada no es una práctica nueva, ya en el siglo XIX la industria textil utilizaba almidón y menos algodón para que los productos fueran menos duraderos y así incentivar nuevas compras.
Con la llegada de la sociedad de consumo, esta práctica ganó fuerza y cada vez más empresas siguieron este camino. Son muchos los electrodomésticos y aparatos electrónicos que tiramos al año porque su reparación es demasiado costosa o las empresas se niegan a suministrar recambios.
En 2016 varios investigadores del Instituto Oko y la Universidad de Bonn demostraron que en la última década los electrodomésticos alemanes están perdiendo una media de un año de vida útil, siendo en 2004, 14,1 años de vida que bajan hasta los 12,6 años en 2013. Parece que el avance tecnológico retrocede si hablamos de la duración de los aparatos.
Tipos de obsolescencia programada más importantes
Pero, ¿qué tipos de obsolescencias son las más importantes? las señalamos a continuación:
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¡Me interesa!- Por moda: este tipo es muy recurrente en el sector textil o mobile que se encuentran en constante renovación. Cada vez son más usuarios los que compran los productos según salen mejorados ligeramente en su diseño.
- De componentes electrónicos: en esta clasificación se encuentran los productos que se estropean y su reparación no es posible generalmente porque la casa impide su reparación o no ofrece facilidades, siendo más económico adquirir uno nuevo.
- Por tecnología: las constantes actualizaciones de los sistemas obligan a dejar atrás dispositivos que físicamente se encuentran en buen estado pero que los softwares quedan obsoletos.
- Por repuestos: las empresas dejan de producir repuestos o material necesario para que los aparatos puedan funcionar, por ejemplo, las impresoras cuando ya no tienen cartuchos de tinta.
Consecuencias de la obsolescencia programada o planificada
Las consecuencias de la obsolescencia programada son nefastas para nuestro planeta, produciendo más de 215.000 toneladas de residuos en aparatos electrónicos, que fundamentalmente proceden de Estados Unidos y Europa y acaban en países con menos recursos, normalmente del continente africano, que se convierten en verdaderos vertederos.
Además de que generamos un mayor volumen de basura electrónica a una velocidad sin precedentes, seguimos sin reutilizar lo suficiente, por lo general seguimos sin reparar los aparatos y esto supone una grave amenaza para el medioambiente y las personas.
¿Puede ser el fin de la obsolescencia programada o planificada?
En 2013 el CESE aprobó un dictamen titulado «Por un consumo más sostenible: la duración de la vida de los productos industriales y la información al consumidor para recuperar la confianza». Este dictamen abogaba por una prohibición total de la obsolescencia programada en Europa.
Uno de sus principales objetivos a corto plazo es asegurar que los consumidores europeos dedican donde reparar sus dispositivos de forma sencilla en cualquier proveedor sin impedimentos de la casa fabricante.
Otra medida era la creación de una etiqueta europea donde se identificasen los productos de fácil reparación o pensar en ampliar los tiempos de garantía de los productos que requieran más tiempo de reparación.
También obligar a los aparatos con baterías a poder ser cambiadas con facilidad por los propios consumidores y proporcionar recambios de las baterías.
Como afirma Jean-Pierre Haber, economista del Comité: “Si tiráramos menos cosas a la basura, tendríamos que reparar más y se crearían miles de empleos”. Por lo tanto, si queremos seguir creciendo luchemos, por un mundo más verde capaz ser sostenible por si mismo.
Estos cambios requieren de visionarios y emprendedores capaces de afrontar nuevos retos. Actualmente han proliferado las Startups nacidas con el objetivo de crear proyectos basados en el consumo colaborativo. Si crees que tu futuro es ser un emprendedor, puedes echarle un vistazo al Master en emprendimiento de IEBS. Y si este artículo te ha resultado interesante, ¡No te olvides de compartirnos!
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